El Gecko es un reptil conocido por su diminuto tamaño y su capacidad para adherirse a cualquier cosa o superficie. El Gecko es un animal poco corriente, pero se puede convertir en una gran mascota para admirar si os fascinan los reptiles.
Este pequeño lagarto no es agresivo para nada, y requiere los mismos cuidados que el resto de sus hermanos mayores reptiles.
A la hora de adquirir uno de estos pequeños animalillos será necesario entender y saber de antemano los requerimientos que serán necesarios para instalar a vivir a una de estas criaturas, tal y como si viviesen en un hábitat natural.
Los Geckos son de la familia de los Squamata y los Gekonidae, con 85 generos diferentes. En total existen 800 especies diferentes de Geckso en todo el mundo y dependiendo del grupo al que pertenezca, nuestro Gecko prodecera de una zona del mundo determinada. Es principalmente un animal que lleva sus principales actividades por las noches, trepando por todos los techos y paredes que encuentre a su paso.
También, algunos poseen la capacidad (al igual que sus primos los camaleones) de mimetizarse y confundirse con el entorno. Otros tipos de Geckos, al verse amenazados, se desprenden de su cola.
Es fundamental contar con un terrario cerrado en su totalidad, porque el Gecko podría escaparse con gran facilidad. Dentro del mismo tienen que estar las condiciones necesarias para que el pequeño reptil crezca: humedad, iluminación, ventilación y temperaturas correctas son fundamentales. También debe estar decorado con muchas ramas y vegetación, puesto que son animales que se manejan en un entorno arbóreo.
Entre las principales afecciones que pueden desarrollar este tipo de lagartos miniatura, se encuentran los trastornos digestivos, problemas con la hibernación, estrés (generalmente ocasionado por un manoseo excesivo por parte de su dueño).