Los cuidados de los gatos siameses

los cuidados de los gatos siameses

Uno de los gatos que seguro te llamarán la atención cuando vayas a tu tienda de mascotas a comprar un cachorro es el siamés. La belleza de este animal es increíble: sus rasgos físicos se pueden catalogar de casi perfectos. Es de tamaño mediano y su cuerpo es muy esbelto. Tiene patas largas y una cabeza bien proporcionada y su pelo es extremadamente suave, pese a lo corto que es. Pero lo que enamora de un gato siamés son sus ojos: azules intensos, rasgados y de forma almendrada.

Este gato elegante, de músculos firmes y huesos finos, es de origen oriental (en cuya civilización se les veneraba como gatos de templo)  y apareció en Europa por primera vez en el siglo XIX. Desde entonces, su aspecto físico ha hecho que sea una de las razas más admiradas y populares del mundo. Y también se le conoce por otra cosa: sus maullidos constantes, ya sea de alegría, enfado o celo.

Si preguntas en tu clínica veterinaria por el carácter de los gatos de esta prestigiosa raza te dirán que son muy sensibles y nerviosos. A más a más, tienen una personalidad muy marcada: son exigentes, bastante celosos y muy divertidos. Si te preocupan sus cuidados debes saber que es un animal propenso a sufrir problemas psicológicos si no lo tratas como él necesita. Aunque no es un gato con grandes necesidades: solo tienes que preocuparte de cepillarlo cada 2 ó 3 días si tiene el pelo largo para evitar que le acumule el pelo muerto y de que su comedero esté limpio. ¡Odia los olores raros!

La salud del gato siamés tampoco es un problema excesivo. No presenta habitualmente enfermedades más importantes que el estrabismo en los ojos o los nudos de la cola, una alteración de los cartílagos del esternón.