El microchip para perros y gatos

El microchip para perros y gatos

Tener un animal en casa es una gran responsabilidad que va más allá de darle de comer y jugar con él. Cuando sacamos a pasear a nuestros perros o si dejamos a nuestro gato que campe a sus anchas por ahí, pueden suceder accidentes.

Cuando un perro o un gato se escapan son muchos los problemas que puedan haber tanto para ellos como para las personas que se crucen en su camino. El uso del microchip es, además de obligatorio por Ley, un aliado a la hora de acortar el tiempo que pasa entre que nos damos cuenta de que nuestra mascota no está y encontrarla.

El microchip va normalmente insertado en el cuello del animal, es un proceso indoloro y de poca duración. Cuando se le instala, tiene una numeración que podemos ver en la cartilla de nuestra mascota y que será su número de identificación. Este número se conecta con la base de datos de animales registrados de cada Comunidad Autónoma y lleva consigo el nombre de nuestra mascota, nuestra dirección, nuestro nombre y apellidos y teléfonos de contacto.

Cuando alguien se encuentra a un perro o un gato, lo primero que deberá hacer es llevarlo a un veterinario para que este revise si tiene microchip y, en caso de que lo tenga, podrá llamar a su dueño. En las revisiones que le hagamos a nuestra mascota anuales o semestrales, nuestro veterinario deberá comprobar que el microchip sigue en activo y que no se han borrado sus datos, cosa que a veces pasa.